A ese impulso contribuyó Germaine Dulac, teórica de arte, que se inició en 1915 con películas convencionales, pero que será una de las principales impulsoras del cine Avant-garde con películas que aspiraban a la abstracción y que daban más espacio a sentimientos y sueños. En 1928 dirigió y montó el considerado primer film Surrealista “La coquille et le clergyman”